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¿HABÍAN TRES PERSONAS DIVINAS EN EL BAUTISMO DE JESÚS?

“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:16-17.

A raíz de este versículo de las sagradas escrituras son muchos los creyentes que ven tres dioses en el bautismo de nuestro Señor Jesús. No podemos olvidar hermanos que la Biblia nunca expresa en sus textos que Dios es tres o que con él hay dioses, usted se preguntara: ¿Cómo Dios puede ser uno y tres a la vez? Si el dijo: 

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Deuteronomio 6:4.

“Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.” Deuteronomio 32:39.

Lo que Dios nos muestra en este pasaje es su omnipresencia, debemos comprender que nuestro Dios tiene muchos atributos, por eso mediante el hijo nos mostró a nosotros los seres humanos un modelo de vida, el cumplió todo los que los profetas anunciaron de ÉL en las escrituras. Esta fue una de la respuesta dada al profeta Juan en el momento que se disponía bautizarlo: “… Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia…” Mateo 3:15.

Para que se cumpliera la manifestación de su Espíritu en el cuerpo se dio este gran evento: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:16-17.

Según este pasaje, el hijo de Dios fue bautizado, el Espíritu que descendió como una paloma, y una voz habló desde los cielos: “el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma”. Lucas 3:22.

Para poder entender esta escena correctamente, debemos recordar que Dios es omnipresente. Jesús es Dios y era Dios manifestado en carne mientras que Él estaba en la tierra. 

Él no podía sacrificar su omnipresencia por estar en la tierra y no lo hizo, porque la omnipresencia es uno de los atributos básicos de Dios, y Dios no cambia. Por supuesto, el cuerpo físico de Jesús no era omnipresente, pero su Espíritu sí lo era. Además, aunque la plenitud del carácter de Dios residía en el cuerpo de Jesús, el Espíritu omnipresente de Jesús no podía ser contenido. Él podía estar en la tierra y en el cielo al mismo tiempo, la escritura dice: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” Juan 3:13. 

También lo poder hacer con dos o tres de sus discípulos en cualquier momento, y en cualquier lugar del mundo, veamos: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 18:20. 

Pensando en la omnipresencia de Dios podemos entender muy fácilmente el bautismo de Jesús el Cristo. 

Para el Espíritu de Jesús no representó ninguna dificultad hablar desde los cielos y a la vez enviar una manifestación de su Espíritu en forma de una paloma mientras que su cuerpo humano estaba en el río Jordán. La voz y la paloma no representan personas distintas, así como no puede ser que la voz de Dios en el Sinaí indicara que la montaña era una persona distinta e inteligente en la Deidad.

Puesto que la voz y la paloma eran manifestaciones simbólicas del único Dios omnipresente, podemos preguntar:

 ¿Qué es lo que ellas representaban? 

¿Cuál era su propósito? 

En primer lugar, debemos preguntar ¿cuál era el propósito del bautismo de Jesús? Ciertamente, Él no fue bautizado para perdón de pecados como nosotros, porque Él era sin pecado: “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” 1 Pedro 2-22. 

Pero la Biblia dice que Él fue bautizado para cumplir toda justicia, como lo exprese anteriormente, veamos: “Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó” Mateo 3:15. 

Él es nuestro ejemplo y Él fue bautizado para darnos un ejemplo que debemos seguir: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” 1. Pedro 2:21.

Por otra parte querido amigo y hermano, Jesús fue bautizado como un medio de manifestarse, o darse a conocer a Israel: 

“Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.” Juan 1:26-27.  

“Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua” Juan 1:31.

Es decir, Jesús utilizó el bautismo como el punto de partida de su ministerio. Era una declaración pública de quién era y de lo que El vino a hacer. Por ejemplo, en el bautismo de Cristo, Juan El Bautista aprendió quién era Jesús. Juan no supo que Jesús realmente era el Mesías sino hasta su bautismo, y después de su bautismo él pudo declararle a la gente que Jesús era el Hijo de Dios y el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Juan 1:29-34.

Habiendo establecido los propósitos del bautismo de Cristo, veamos cómo la paloma y la voz fomentaban aquellos propósitos: “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Juan 1:32-34.

Indica claramente que la figura en forma de paloma era una señal para el bien de Juan el Bautista. Puesto que Juan era el precursor de Jehová, el que prepararía su camino: “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios” Isaías 40:3, él tenía que saber que Jesús era realmente Jehová venido en carne. 

Dios le había dicho a Juan que aquel que iba a bautizar con el Espíritu Santo, sería identificado por el Espíritu descendiendo sobre El. Por supuesto, Juan era incapaz de ver al Espíritu de Dios ungiendo a Cristo, entonces Dios escogió una figura de una paloma como la señal visible de su Espíritu. Entienda querido hermano y amigo el Espíritu santo no es una paloma, comprenda esto por favor.

Así entonces, la forma corporal como de paloma era una señal especial para hacer saber a Juan que Jesús era Jehová y el Mesías.

La forma corporal como de paloma también era un tipo de unción para significar el principio del ministerio de Cristo. En el Antiguo Testamento, los profetas, los sacerdotes, y los Reyes eran ungidos con aceite para indicar que Dios los había escogido, veamos: “Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes” Éxodo 28:41.

También está del versículo siguiente que dice: “el ejemplo A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar” 1 Reyes 19:16. 

Los sacerdotes en particular eran lavados con agua y ungidos con aceite: “Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa. Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás” Éxodo 29:4-7.

El aceite simbolizaba el Espíritu de Dios. El Antiguo Testamento predijo que Jesús sería ungido de la misma manera:

“Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo.” Salmo 2:2.

“Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.” Salmo 45:7.

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.” Isaías 61:1.

De hecho, la palabra hebrea “Mesías” (Cristo en griego) significa “el Ungido”. Jesús vino para cumplir los papeles de profeta, sacerdote, y rey:

“y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” Hechos 3:20-23.

“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.” Hebreos 3:1.

“y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” Apocalipsis 1:5. 

El también vino a cumplir la ley: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:17-18). Y para guardar su propia ley Él tenía que ser ungido como profeta, sacerdote y rey.

Puesto que Jesús era Dios mismo y un hombre sin pecado, ser ungido por un humano pecaminoso y con aceite simbólico no era suficiente. Más bien, Jesús fue ungido directamente por el Espíritu de Dios. Entonces, en su bautismo en agua, Jesús fue ungido oficialmente para el principio de su ministerio terrenal, no por el aceite simbólico sino por el Espíritu de Dios en la forma de una paloma.

La voz vino de los cielos para el bien del pueblo, veamos: “Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.” Juan 12:28-30. 

Registra un incidente similar en el cual vino una voz del cielo y confirmó la Deidad de Jesús al pueblo. Jesús dijo que vino no para el beneficio de El mismo sino para el bien del pueblo. La voz era el medio por el cual Dios presentó formalmente a Israel, a Jesús como el Hijo de Dios. Mucha gente estaba presente en el bautismo de Jesús y muchos estaban recibiendo también el bautismo: “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió” Lucas 3:21. 

Entonces el Espíritu escogió al hombre Jesús y lo identificó delante de todos como el Hijo de Dios por medio de una voz milagrosa del cielo. Esto era mucho más eficaz y convincente que un anuncio que viniera de Jesús como hombre. Esta manifestación milagrosa realizó eficazmente el propósito que tenía Jesús en su bautismo.

El bautismo de Jesús nunca enseña que Dios es tres personas, sino que solamente revela la omnipresencia de Dios y la humanidad del Hijo de Dios. 

Cuando Dios habla al mismo tiempo a cuatro personas diferentes en cuatro continentes distintos, no pensamos en cuatro personas de Dios, sino en la omnipresencia de Dios. Dios nunca propuso que el bautismo revelara a los judíos monoteístas que estaban presentes una revelación radicalmente nueva de una pluralidad dentro de la Deidad, y no hay indicación de que los judíos lo interpretaran así. Incluso, muchos eruditos modernos no ven el bautismo de Cristo como una indicación de una trinidad sino como una referencia a “la unción autoritativa de Jesús como Mesías.” 

Para concluir quiero que entienda, que al bautizarse Jesús descendió el Espíritu Santo en forma corporal como de paloma y se oyó una voz del cielo que dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:16-17. 

La forma corporal como de paloma fue una señal simbólica que solo vio Juan el Bautista para saber quién era el Cristo: “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. ” Juan 1:32-33. 

Juan no vio el Espíritu, porque un espíritu no se puede ver, vio algo descender como paloma que simbolizaba el Espíritu Santo. La voz del cielo no era otra persona, Jesús es el Dios Omnipotente que está en todos lugares:

“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18:20. 

“...Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra y no hay otro”. Deuteronomio 4:39.

Además Jesús cuando estaba en la tierra dijo: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” Juan 3:13; así que como hombre estaba en la tierra haciéndose bautizar por Juan, y como Dios estaba en el cielo y en todas partes. 

Entienda querido amigo que aquí no hay una supuesta trinidad o tres dioses, en este versículo solo se muestra la omnipresencia de Dios, en su gran manifestación. Estas manifestaciones según el apóstol Juan concuerdan que Dios es UNO: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18:20. Solo estaría con nosotros uno, en diferentes tiempos siempre ha estado Dios, por ejemplo:

El es Padre en la creación: “Así dice Jehová Dios, CREADOR de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan” Isaías 42:5.

Es hijo en la redención: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” 1 Corintios 1:30.

Es Espíritu Santo en la regeneración: “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la REGENERACIÓN y por la renovación en el Espíritu Santo” Tito 3:5.

Solo espero que mi Señor Jesús te quiete el velo, para que puedas ver a UNO que es DIOS, la Biblia dice: “Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2 Corintios 3:15-18.

Dios les siga bendiciendo.