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La Casa de Oración


“yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.
Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.” Isaías 56:5-7.

Cada creyente tiene un lugar en la casa de Dios, un lugar donde se busca su presencia y adoración de su nombre eterno, nombre que vino del cielo y nos lo dio para nuestra salvación según Hechos 4:12. Para que mediante su nombre podamos hacer peticiones en su casa de oración, el dijo: “Si algo pidiereis EN MI NOMBRE, yo lo haré.” Juan 14:14. Esta palabra profética resume lo que dijo Isaías: “yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá” Isaías 56:5.

Ahora bien la señal del pacto de la ley fue el sábado, ese era el descanso del pueblo de Israel, y no se debe profanar o dejar de estar en la casa de oración, porque ella es para todos los pueblos. En el nuevo pacto no se ha dejado de ir a buscar la presencia de Dios, pues el Señor Jesús quien es el Señor del Sábado, nos ha dicho que él, es ahora nuestro descanso, y debemos venir a él, para entregarle todas nuestras cargas y descansar en su presencia, veamos:

“El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.”  Lucas 6:1-5.

“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28.

Esta palabra resume la profecía de Isaías que dijo: “Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto” Isaías 56:6.

Dios quiere traer a los llamados de su nombre a su casa de oración, que es la iglesia de su nombre, pero los creyentes han querido cambiar todo, una vez un hermano de la iglesia me dijo “que no venia al culto de la oración porque él, oraba en su casa con su familia, y no necesitaba estar en el templo.”

A veces nos hacemos desobedientes a la palabra de Dios por ser sabios en nuestra propia opinión, lo que el Señor ha dicho es que a su casa debemos venir para recrearnos, es decir el nos dará su deleite y alegría en su casa de oración.   

Su tiempo que es su sacrificio vivo y entendido será aceptado en su altar, para todos los creyentes de todas las naciones, la biblia dice: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”  Romanos 12:1-2.

Venga a nuestro culto de oración, vengan los entendidos y obedientes en sacrificio vivo y santo, deje de adaptarse al mundo, busque de la oración en la casa de Dios, es lo que Isaías dijo: “yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.” Isaías 56:7.

Dios quiere reunirnos en su casa de oración, este es el lugar donde debemos congregarnos, Isaías dijo: “Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.” Isaías 56:5-7.

La casa de oración es el lugar donde está el nombre de nuestro Dios, sus ojos y sus oídos atentos a nuestras suplicas y agradecimientos, la biblia dice:

“Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta casa, sobre el lugar del cual has dicho que pondrías allí tu nombre, para que oigas la oración que tu siervo hará sobre este lugar… Si alguno peca contra su prójimo, y se le exige juramento, y viene y jura delante de tu altar en esta casa… Y si tu pueblo Israel es derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y se vuelven a ti y confiesan tu nombre, y oran y hacen súplica delante de ti en esta casa… y para que sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado… Ahora, oh Dios mío, te ruego que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración elevada en este lugar.”  2 Crónicas 6:20-22-24-33-40.

“En mi angustia invoqué al Señor, y clamé[g] a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos.” Salmos 18:6.

“y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. Ahora mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración que se haga en[e] este lugar, pues ahora he escogido y consagrado esta casa para que mi nombre esté allí para siempre, y mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días.” 2 Crónicas 7:14-16.

La casa de oración es un lugar consagrado, donde el Señor está atento a nuestras oraciones, pero la realidad es que los creyentes solo vienen para robarse las bendiciones de Dios, donde muchos pastores no les gustan orar, sino hacer mercadería con el pueblo de Dios. Como dijo el Señor Jesús:

“Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.  Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” Marcos 11:15-17.

“y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.” 2 Pedro 2:3.

“Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” Lucas 19:46.

Esta es la realidad de muchos creyentes y ministros, solo buscan en la casa de Dios, lucir su ego, recibir sanaciones, milagros, buenas finanzas, grandes eventos, grandes predicadores, pero lo que no hay en la iglesia son grandes oradores, que vengan a la casa de Dios y oren si quiera una ora, como lo dijo el Señor Jesús: “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Mateo 26:40-41. También la escritura habla de aquella mujer que no se apartaba de la casa de Dios, una mujer que le gustaba servir de día y de noche, realizaba sus ayunos y oraciones: “y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con AYUNOS Y ORACIONES.” Lucas 2:37.

La realidad del creyente hoy en día es que todo o quiere hacer en sus casas, oran en sus casas, ayunan en sus casas, muy pocos vienen al culto de la oración a la casa de Dios, el salmista dijo: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.” Salmos 122:1.

Venga con alegría a la oración en la casa de Dios, busque sus bendiciones, presenté su cuerpos en sacrificio vivo, Santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional.

Dios te bendiga