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JESÚS ES AQUEL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO


Hay un trono en el cielo y Uno sentado sobre él. El apóstol Juan describió esto en Apocalipsis 4:2: “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. “Sin duda este “Uno” es Dios porque los veinticuatro ancianos alrededor del trono se refieren a El como “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (Apocalipsis 4:8). 

Cuando comparamos estos textos con el de Apocalipsis 1:5-18, el cual  dice “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.  Sí, amén. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.  

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último

Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. ” 

Descubrimos una similitud notable en la descripción de Jesús y Aquel que está sentado sobre el trono. “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). 

Todos estos textos hacen claro que Jesús es el que está hablando. Además, Jesús es claramente el tema de Apocalipsis 1:11-18. En el versículo 11, Jesús se identificó como el Alfa y la Omega, el primero y el último. En los versículos 17-18 Jesús dijo, “Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” 

Empezando desde el primer capítulo de Apocalipsis, por lo tanto, nosotros hayamos que Jesús es el Señor, el Omnipotente, y el que es, y que era, y que ha de venir. Ya que los mismos títulos y términos descriptivos se aplican a Jesús y a Aquel que está sentado sobre el trono, es evidente que el que está sobre el trono no es nadie más que Jesús el Cristo. “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” (Apocalipsis 4:11). Este texto nos dice que el que está sobre el trono es el Creador, y nosotros sabemos que Jesús es el Creador: 

“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3).

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:16). 

Además querido amigo y hermano, el que está sobre el trono es digno de recibir gloria, honra, y poder; nosotros leemos que el Cordero que fue inmolado (Jesús) es digno de recibir el poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honra, gloria, y alabanza “que decían a gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.” (Apocalipsis 5:12). Ahora lea con mucho cuidado estos dos versículos: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.” (Apocalipsis 20:11-12). Este texto nos cuenta que el que está sobre el trono es el Juez, y sabemos que Jesús es el Juez de todo:

“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. 

Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. ” (Juan 5:22-27).

“en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:16).

“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.” (Romanos 14:10-11). 

JESUCRISTO es el que está sobre el trono, no son tres, no son dos, no se deje engañar las escrituras solo muestran a uno, todo nos indica que la llamada trinidad solo es un invento de los hombres, crea en lo que dice las sagradas escrituras:

“Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.” (Apocalipsis 4:2).

“Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.” (Apocalipsis 22:3-4). 

Si usted ve bien se dará cuenta que este texto habla del trono de Dios y del Cordero. Estos versículos hablan de un trono, un rostro, y un nombre. Por lo tanto, Dios y el Cordero deben ser un ser que tiene un rostro y un nombre y uno que se sienta sobre un trono, ese se llama Jesús el Cristo el que tiene un cuerpo glorificado. 

Le repito querido amigo la única persona quien es ambos, Dios y el Cordero, es Jesucristo. Todos aquellos que tengamos el privilegio de llegar o de entrar al cielo veremos solamente a Jesús sobre el trono. Jesús es la única manifestación visible de Dios que alguna vez veremos en el cielo.

Les cuento a todos mis amigos que todavía no han creído en la unicidad de Dios que no vamos a ver a tres y menos a dos, veremos solo a nuestro gran Dios y salvador Jesucristo. Sabe porque, porque Dios mismo dice: “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano. << Deuteronomio 32:39 >>  Solo hay uno que en el cual hay salvación, solo hay uno que nos libra de la mano del devorador, solo hay uno que hay que aclamarle, solo hay uno que perdona pecados, solo uno es el que nos bendice, solo hay uno que viene, y para los que creemos esto estamos aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Dios les siga bendiciendo