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3-Ya no siento amor por mi cónyuge: El matrimonio: un pacto sagrado



En la actualidad, los matrimonios enfrentan una gran agitación en nuestra sociedad debido a la pérdida del sentido de pacto en nuestra cultura.

El matrimonio se ha convertido en un acuerdo temporal, donde si algo cambia en los términos, uno de los cónyuges puede querer abandonar la relación. Sin embargo, este no es el enfoque bíblico del matrimonio. No solo necesitamos cambiar nuestra concepción del amor, sino también nuestra visión del matrimonio.

Es fundamental que cambiemos nuestra perspectiva del matrimonio y lo veamos desde una mirada bíblica en lugar de nuestros términos culturales. Según la Escritura, el matrimonio es un pacto. En el Antiguo Testamento, cuando las personas hacían pactos, lo hacían bajo la solemnidad de jurar incluso con sus propias vidas. La relación fiel de Dios con nosotros se describe como un pacto. La Biblia presenta un antiguo pacto entre el pueblo y Dios basado en la Ley, y también un nuevo pacto entre las personas y Dios basado en la muerte de Cristo. Así como Dios ve el matrimonio como un pacto, es una unión sagrada donde Él mismo es testigo. Es un compromiso santo donde Dios declara a las dos partes como una sola.

Cuando realizamos nuestros matrimonios en presencia de Dios, en la iglesia y los llamamos "sagrados matrimonios", es porque Dios es testigo de nuestra promesa de pacto matrimonial. Esto significa que nuestra promesa de permanecer casados no solo es para nuestro cónyuge, sino también para Dios. Estamos comprometidos ante Dios a guardar nuestro pacto matrimonial. Como dice la Biblia: "Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Marcos 10:9).

Este pacto matrimonial está destinado a durar toda la vida. Debe perdurar en los momentos buenos y en los difíciles, a pesar de las circunstancias. Estamos comprometidos con nuestro cónyuge. La palabra "obligación" no es negativa en este contexto. Estamos comprometidos, según la Palabra de Dios, a ser fieles a nuestro cónyuge durante toda la vida. Al entrar en el matrimonio con esta comprensión, estamos mejor preparados para enfrentar las tormentas que la vida y las diferencias personales puedan traer a nuestro camino. El matrimonio es un pacto entre tres personas: Dios, el esposo y la esposa. Como afirma la Biblia: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne" (Efesios 5:31).

Al abrazar la perspectiva bíblica del matrimonio como un pacto sagrado, reconocemos nuestra responsabilidad ante Dios de mantener nuestro compromiso y cultivar una relación duradera y fiel. Recordemos las palabras de la Escritura: "Y les dijo: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»" (Génesis 2:24). Que esta verdad bíblica nos guíe en nuestra búsqueda de un matrimonio sólido y comprometido.