Comprender la Divinidad Trina: La revelación y el propósito de la Doctrina de la Trinidad
El Bautismo de Jesús: Entendiendo la Trinidad
El bautismo de Jesús, tal como se describe en el Evangelio de Mateo, ha sido un tema de discusión entre los creyentes durante siglos. La narración retrata a Jesús saliendo del agua, los cielos se abren y el Espíritu de Dios desciende sobre Él como una paloma. Una voz del cielo proclama: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". Este pasaje ha llevado a algunos a concluir que existe una distinción entre las personas de la Deidad, sugiriendo la existencia de tres personas separadas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo, esta interpretación no es universalmente aceptada, particularmente entre los pentecostales unicitarios. Entonces, ¿qué dicen acerca de estos pasajes?
El principio de interpretación
Para entender el bautismo de Jesús debemos partir de lo que ya ha sido revelado en el Antiguo Testamento. Deuteronomio 6:4 e Isaías 44:24, entre otros pasajes, establecen claramente que hay un solo Dios, un ser personal que es Dios. Cuando nos acercamos a Mateo 3, debemos tener presente este principio fundamental.
El trasfondo y el entorno
Las personas que presenciaron el bautismo de Jesús, incluidos los primeros seguidores de Jesús y los discípulos de Juan el Bautista, eran judíos que habían sido entrenados para creer que "Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es" (Deuteronomio 6 :4). Si el bautismo de Jesús hubiera tenido la intención de revelar una trinidad, habría sido una revelación impactante y sin precedentes. Esperaríamos ver una reacción de la multitud, un reconocimiento de esta nueva doctrina. Sin embargo, no hay constancia de tal respuesta.
El propósito del bautismo
El bautismo de Jesús no tenía como objetivo introducir una nueva doctrina de la Deidad sino inaugurar el ministerio de Jesús, revelándolo como el Hijo de Dios, el Mesías y el Rey de Israel. La voz del cielo y el descenso del Espíritu en forma de paloma fueron señales para confirmar la identidad de Jesús y ungirlo para su ministerio.
Un Dios, Múltiples Manifestaciones
Debemos reconocer que Dios es uno, un espíritu invisible, omnipresente y que puede operar de múltiples maneras simultáneamente. Así como hoy podemos experimentar la presencia de Dios en diferentes lugares y manifestaciones, Dios puede hablar desde el cielo, encarnarse como el Hijo de Dios y enviar Su Espíritu en forma visible sin ser múltiples personas.
El Simbolismo de la Paloma
La paloma que descendía en forma corporal era una señal para Juan Bautista, ya que Dios le había dicho que esta sería la señal para identificar a Aquel que bautizaría con el Espíritu Santo. La voz del cielo era una señal para el pueblo, mientras que la paloma era una señal para Juan. Un Dios puede operar múltiples signos al mismo tiempo, en el mismo lugar o en diferentes lugares, sin ser más de un Dios.
Conclusión
El bautismo de Jesús, como se describe en Mateo 3, es una poderosa representación de Jesucristo, el Hijo de Dios, ungido con la autoridad del Dios Todopoderoso y el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, no es una revelación de una trinidad sino más bien una manifestación de un Dios, quien se revela como un ser personal en Jesucristo.