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¿EL DIVORCIO ES PERMITIDO POR DIOS?


“Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” 1 Corintios: 7: 10,11.

Hoy en día el tema del divorcio es muy común, y lo peor de todo es que muchos creyentes no están de acuerdo con su creador y Dios en muchas cosas en cuanto a lo que Dios mismo unió. El divorcio es una realidad que va en contra de la voluntad de Dios y lo más alarmante es que está sucediendo en parejas CRISTIANAS.

Cuando alguien está pensando en divorciarse es porque la convivencia con su esposo o esposa puede haber llegado a niveles insostenibles, desacuerdos, peleas, maltrato físico, verbal o emocional o porque ha conocido a otra mujer u hombre y se la llevo mejor con esa persona. Lo único que se quiere es dejar de ver a esa persona con la que se está viviendo y se busca la manera de divorciarse.
Muchos creen que el divorcio es la solución para que los matrimonios no vivan en pleitos y contiendas y no puedan llegar al abuso y maltrato físico.

Es por tal motivo que muchas parejas ven al divorcio como una puerta abierta para huir a sus problemas conyugales. Aunque por lo común solo una persona inicia la acción, los dos pueden haber contribuido en alguna forma a la ruptura matrimonial.

Hay quienes creerán que el divorcio fue permitido por Dios, Vamos a ver que dice las sagradas escrituras respecto a este tema:

“Le dijeron: ¿Por qué pues mando Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla.” Mateo: 19:7.

El DIVORCIO se puede definir como una pareja de casados, que deciden ya no seguir respetando sus votos matrimoniales.

¿POR QUÉ EN LA LEY DE MOISÉS DIOS APRUEBA EL DIVORCIO?

Hay muchas personas en el mundo y hasta cristianos que creen que el divorcio fue permitido por Dios en el Antiguo Testamento, pero estudiando y escudriñando la palabra de Dios, nos daremos cuenta que el divorcio fue permitido por Moisés y no por Jehová.

“Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.” Mateo: 19:7,8.

Moisés en la ley permitió el divorcio por la dureza de los corazones de los Israelitas, porque no sabían perdonar:  “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.” Deuteronomio: 24:1.

Moisés enseño que cuando un hombre hallaba algo indecente en la mujer con quien se había casado, podía darle Carta de Divorcio y repudiarla. Pero en Mateo: 19: 8, Jesucristo nos dice al termino de este verso: “…mas al principio no fue así”; ¿a qué se refiere con la expresión “mas al principio”?

Esto se refiere a la institución matrimonial en el Huerto de Edén cuando Adán estaba solo y Dios dijo: “…No es bueno que el hombre este solo le hare ayuda idónea para él” Génesis: 2:18.

Además Jesús añade en Mateo: 19: 6, “… Por tanto; lo que Dios junto, no lo separe el hombre.”

En otras palabras Jesús nos enseña que el matrimonio es indisoluble (Que no puede desatarse) y que la única menara de ser disuelto es con la muerte de uno de los cónyuges. Hoy en día las leyes terrenales aprueban el divorcio; pero ningún tribunal del mundo o papel hecho por hombres puede separar lo que ha sido unido por Dios.

¿QUE DICE JESÚS DEL DIVORCIO?

Cuesta someterse a la palabra de Dios, pero si queremos ser agradables a nuestro Señor y Dios Jesús debemos seguir sus enseñanzas respecto al tema el dijo:

“También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.” Mateo: 5: 31,32.

“Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.”  Mateo 19: 9.

El maestro de maestros, El Señor Jesucristo; el Dios manifestado en carne, en una de sus enseñanzas dentro de su ministerio terrenal, nos enseña que la única manera de permitir el Divorcio es por causa de fornicación en otras palabras por causa de infidelidad de una de las partes. Jesucristo nos enseña en esta cita bíblica que se puede dar divorcio, pero no nos dice que se pueden volver a casar, porque en este caso se comete adulterio.

Dentro del mundo secular y también en el ámbito cristiano hay personas que piensan que el Divorcio es una señal para volverse casar, lo cual es una interpretación incorrecta y contradictoria a las escrituras y a las enseñanzas del Señor Jesucristo y de los Apóstoles, porque no encontramos que la iglesia primitiva haya enseñado y practicado el divorcio.

Según las palabras del apóstol Pablo él nos enseña en la primera carta a los Corintios respecto al divorcio lo siguiente:

“Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” 1 Corintios: 7: 10,11.

Tengamos en cuenta estos dos puntos importantes:


1. Que los unidos en matrimonio no deben separase: Este es un mandamiento para la mujer, será porque ella es quien toma la iniciativa de la separación, leamos: “… Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” 1 Corintios: 7: 10,11. El mandamiento es que no se separe, ella debe luchar por su hogar. En cuanto al hombre Jesús ordeno que no abandones a tu mujer, busca la forma de solucionar el problema en oración y ayunos en pareja, porque si dos se ponen de acuerdo en algo el Señor responderá: “si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.”  Mateo 18:19.

2. La reconciliación es lo mejor: Si llegan a separarse, que se queden sin casar o reconciliarse con el marido y que el marido no abandone a su mujer, esto nos da a entender que una de las enseñanzas de Pablo era que por más que se hayan separado una pareja de casados el marido tenía la responsabilidad de proveer para sus necesidades y buscar la reconciliación, no tomando en cuenta las cosas pasadas y seguir su ejemplo de reconciliación: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 2 Corintios 5:17-20.

El apóstol Pablo es claro que tenemos el ministerio de la reconciliación, porque la única manera de casarse por segunda vez, es cuando uno de los cónyuges muere: “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.” Romanos: 7: 1,3.

En tal caso la persona, viudo o viuda, es libre para casarse con quien quiera con tal que sea en el Señor: “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.” 1 Corintios: 7: 39.

La iglesia de Jesucristo no aprueba el divorcio, nos oponemos y consideramos el aumento de divorcios como uno de los problemas más alarmante de nuestra sociedad modernista.

Sabemos que el Señor puede perdonar y sanar, incluso cuando se haya cometido pecados graves. Se debe a toda costa tratar de mantener la unidad matrimonial y tanto el hombre como la mujer tienen la misma responsabilidad delante de Dios.

La iglesia se compone santos y no de pecadores, cuando el apóstol Pablo escribió a los corintios, dio una lista de pecados y dijo “Y esto erais algunos” por eso no seguimos el ejemplo del mundo sino de nuestro Dios: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios: 6:11. Habían recibido el perdón y se habían convertido a Jesucristo, Ahora eran parte de la iglesia, el cuerpo de Cristo.

Puesto que hoy en día existe un porcentaje elevado de matrimonios que terminan en divorcio, es muy importante buscar la ayuda y dirección de Dios.

Pablo compara la relación del esposo y la esposa con la relación entre Cristo y la iglesia: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.  Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.” Efesios 5:22-32.

Este pasaje enfatiza algunas verdades importantes. Los cristianos están casados con Cristo. Cuando nosotros llegamos a morir a la ley del pecado y morimos, nos unimos (nos casamos) a Cristo. “Así también, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que se unan (se casen) a otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios (Romanos 7:4)”.

Como un marido, Cristo ama a su iglesia. Usando el ejemplo de esposos y esposas, Pablo escribió, También Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella; para santificarla y habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, no teniendo mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa e intachable (Efesios 5:25-27).

Como esposo, Cristo es la cabeza de la iglesia. “Por que el esposo es la cabeza de la esposa y Cristo es también la cabeza de la iglesia, “siendo” el mismo el salvador del cuerpo” Efesios 5:23.

La iglesia está sujeta a Cristo, la cabeza. “La esposas, (estén sujetas) a sus propios maridos, así como al Señor. Así como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las esposas lo estén a sus maridos en todo” Efesios 5:24.
La esposa de Cristo es la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial. “miré una ciudad santa, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, lista como una esposa arreglada para su marido” Apocalipsis 21:2.

Después de todo esto que dice el apóstol Pablo... te hago una pregunta: que pasara si un cristiano le pide el divorcio a Jesucristo?, que pasara con esta persona, con quien se va a casar. El que se separa de Jesús a quien ira o con quien se va a unir si solo en Jesucristo esta la vida eterna.

Para los que insisten en separase de su esposa mediante el divorcio, analicen bien el paso que van a realizar, es mejor agradar a Dios, que a nuestros deseos: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:1,2.

El divorcio es una de las experiencias más duras y dramáticas que una pareja de casados pueda afrontar, y al que deben evitar a como dé lugar. El divorcio es una experiencia desgarradora y sus heridas se curan con mucha lentitud, se necesita tiempo para aclarar las cosas pasadas y empezar a vivir positivamente. Jesucristo es la esperanza para los matrimonios.

Recuerde que la mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.

La desobediencia tiene su pago con Dios, pues él es muy celoso de sus mandamiento y enseñanzas, el dio una orden y dijo que lo que el unió el hombre no podrá separarlo, nadie puede separa su Carne: “Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.” Marcos 10:8-9.
Si usted es uno de los que van en contra de la voluntad de Dios, espere las consecuencias de sus decisiones en el día del Señor porque toda obra será revelada y enjuiciada por el creador Y señor Jesucristo:

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” Eclesiastés 12:13-14.

“en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús. Mi Señor  les siga bendiciendo” Romanos 2:16.

“y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.” Juan 5:29.

Hay que tener cuidado con lo que se dice o se piensa en contra de la voluntad de Dios: “Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.” Mateo 12:36. Mejor es someterse al mandamiento del Señor Jesús, pues, fue él quien lo mando, es mejor que luches por tu matrimonio, es mejor que se reúnan y hablen y cambies todo aquello que tu pareja no le gusta de ti, hay que buscar las falencias y destruirlas, porque mejor es no separase, Jesús ordenó: “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” 1 Corintios: 7: 10,11.

Dios les bendiga!