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MI PUEBLO SABRA MI NOMBRE



Todos los creyentes que aspiran ser bautizado en el nombre de Jesucristo deben conocer que el nombre que va hacer invocado en él, es el nombre de Dios. Esta es una de las razones de la importancia de este estudio.


La palabra, "Dios", en el Nuevo Testamento, proviene de la palabra griega, "Theos", y se refiere al Dios verdadero, pero también a los dioses paganos, (1 Corintios  8:5 dice: Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores) y al diablo. El diablo es "el dios" (theos) de este siglo (2 Corintios 4:4 dice: en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios).

Podríamos decir que la palabra "Dios", tiene un uso general a través de las Escrituras. La Biblia declara en forma tajante que Dios tiene un nombre propio. Pero ¿CUÁL ES ESE NOMBRE? La sagrada Escritura enseña que es posible conocer el nombre de nuestro Dios y que Dios quiere revelárselo al hombre:

Isaías dijo: "Por tanto, mi pueblo SABRÁ MI NOMBRE por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo (Jehová), he aquí estaré presente" (Isaías  52:6).

Según Salmo 91:14 y 22:22, parte de la misión del Mesías sería "conocer el nombre" y "anunciar tu nombre a mis hermanos".

"En ti confiarán los que CONOCEN TU NOMBRE" (Salmos  9:10).

Sería importante decir aquí, que la expresión conocer el nombre", indica más que una mera aceptación, o reconocimiento mental. La expresión en sí, indica una relación en donde la persona tenga un encuentro o experiencia personal con Dios, a través de su nombre.

Dios es Espíritu y como tal es invisible:

"Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren". (Juan 4:24).

 "Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén". (1 Timoteo 1:17).

En su estado de Espíritu Invisible, Dios es incomprensible. Nosotros vivimos en un mundo de materia y por ende es muy difícil que comprendamos a Dios. La mente humana simplemente es limitada en su percepción de lo infinito. Es precisamente por eso que Dios tiene que manifestarse al hombre. Dios tiene que involucrarse con el hombre, utilizando términos comunes a su género. El Dios incomprensible, se hace comprensible a través de sus auto-revelaciones o manifestaciones. Disfrutamos de un encuentro personal con el Dios de la Biblia, por medio de las revelaciones de sí mismo.

Uno de sus medios de revelación es la creación:

"Las cosas invisibles de Él... se hacen claramente visibles" (Ro. 1:20).

Podemos conocerle en parte al observar las cosas creadas. Otro medio de revelación divina, son los atributos personales de Dios, tales como: su amor, bondad, ira, santidad y misericordia.

Así podemos ver la importancia puesta sobre el nombre de Dios, por la reverencia que se le debía:

"Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS, entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas". (Deuteronomio 28:58-59).

Dios mandó, que no se podía tomar su nombre en vano:

"No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano". (Éxodo 20:7).

Esto quiere decir: no hacer su nombre algo común, o no usarlo livianamente. Si Dios amonestó a su pueblo que no se olvidara de su nombre, cuanto más deberíamos de conocerlo, y retenerlo hoy:

"En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron". (Salmo 9:10).

"Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?" (Jeremías 23:25-27).

"Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás". (Apocalipsis  2:13).

De todo esto podemos ver, que el nombre de Dios tiene un significado profundo para el hombre. Su nombre es sinónimo con Él mismo; Él es su nombre; su nombre es Él. Significa: su presencia, poder, autoridad, y la misma revelación de su carácter y personalidad. Si queremos conocerle, será por su nombre.

Es importante hacer una distinción entre los nombres propios de Dios, y los títulos y oficios que Él ocupa. Un "titulo", es un nombre impersonal que expresa un grado, una profesión, una relación social; por ejemplo: título de Doctor en Letras; título de Duque (Calificativo de dignidad concedida a una persona); titulo de padre, hijo, amigo (Calificación de una relación social). Entonces, títulos como: doctor, abogado o juez, expresan un grado o profesión, mientras que padre, hijo, y amigo, indican una relación social.

Estos títulos revelan los oficios o papeles que una persona desempeña, pero no son el nombre personal de una persona.

Isaías 9:6, es un ejemplo de los títulos que Jesús iba a ocupar como Dios con nosotros. "Y se llamará (tiempo futuro) su NOMBRE Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

La profecía de Isaías, es que el Mesías tendría un NOMBRE que abarcaría estos títulos y cualidades. Jesús es el Padre Eterno, Admirable y Dios Fuerte, pero estos son títulos, oficios, y papeles que Él desarrolla como Dios. ¡Pero su nombre propio es Jesús!

La palabra "nombre", se define como: "palabra con la que se designa una persona o cosa; por ejemplo, cuando alguien dice: mi nombre es Alfonso; Nevada es el nombre de esta sierra". "Nombre propio: el que se da a persona o cosa para distinguirla de los demás de su especie".

La pregunta de Moisés en Éxodo 3:13-15 que dice: “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

Este texto no debe entenderse como: ¿Cómo te llamas? o ¿Cuál es tu nombre?, en el sentido de no conocerlo, sino más bien como: ¿qué es lo que se encierra en el nombre? Para saber que el nombre de Jehová se usó y se conoció antes de Éxodo 3:4 dice: “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.” y Éxodo 6:2-3, dice: “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.”

Sólo hay que leer Génesis 4:26, que dice: “Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.”

Hau que entender que durante los días de Enós, los hombres comenzaron a: "invocar el nombre de Jehová". ¿COMO PODIAN INVOCAR UN NOMBRE QUE NO CONOCIERON? ¡Lo tenían que saber para mentarlo! Esto tiene doble sentido, verbalmente invocaron el nombre sobre sí mismos cuando oraron y comenzaron a llamarse por el nombre, "hijos de Jehová", para distinguirse de los "hijos de Caín". Entonces la invocación oral del nombre personal de Dios ¡es lo que les identificó como sus hijos!

El nombre de Jehová, es EL NOMBRE DE DIOS PARA SIEMPRE. Jehová dijo: "CON Él (EL NOMBRE JEHOVÁ), SE ME RECORDARÁ POR TODOS LOS SIGLOS" (Éxodo 3:15, dice: “Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos”). ¡Entonces el nombre de Jehová, nunca podrá desaparecer! ¡Jehová seguirá revelándose por ese nombre! Aún en el Nuevo Testamento ese nombre iba a ser revelado.

Hoy día Con cierta frecuencia oímos que cuando se refieren a Dios, algunas personas le llaman "Elohim", "Jehová", "Yahweh", "Adonay", "YHWH", entre otros nombres, etc.

Había un hombre que era hijo de judíos fariseos de cultura helenística y con ciudadanía romana. Tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).
Nació en Tarso (hoy Turquía) y sus padres, fieles cumplidores de la religión judaica, lo llamaron Saulo como el antiguo rey hebreo y al octavo día fue circuncidado como estipulaba la Ley judía. Se educó con el máximo rigor de acuerdo con la interpretación farisaica de la Ley y como judío joven de la Diáspora (la dispersión de los judíos en el mundo grecorromano).
Saulo iba rumbo a Damasco para prender a todos los que INVOCABAN EL NOMBRE DE JESUS:

Hechos 9:14 dice: “y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre”.

Como judío celoso de la enseñanza de que Jehová era el único Dios verdadero, Pablo iba para perseguir a los que INVOCABAN a Dios, usando el nombre del Señor Jesucristo. Para él, decir que Jesús era SEÑOR, era una blasfemia, hasta que Dios le reveló que Jesús es Jehová, y que hoy su nombre exaltado es Jesús.

Cuando Pablo hizo la pregunta: "¿Quién eres Señor?", es importante tener en mente que para él como judío, ¡solamente Jehová era el Señor! Qué sorpresa para él, cuando Jehová le dijo: "yo soy Jesús..." (Hechos 9:5). Luego Ananías le dijo: "Hermano Saulo, EL SEÑOR JESUS, que te apareció en el camino por donde venías..." (Hechos 9:17). Pablo entendió que Jesús es el Señor (Jehová). Y desde ese instante el mandamiento de Pablo es:

"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús..." (Colosenses 3:17).

"Primeramente doy gracias a mi Dios MEDIANTE
JESUCRISTO..." (Romanos 1:8).

"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". (Filipenses 4:13).

Como hemos visto, el nombre de Jehová es una revelación de Dios en forma CONTINUA Y PROGRESIVA. Dios siguió revelando su nombre a través del Antiguo Testamento, pero al iniciarse el nuevo pacto, Dios entró en una nueva relación con el mundo y la humanidad.
Entonces era necesario revelar su nombre una vez más al hombre. El nombre que Dios escogió para redimir a los hombres, es el nombre de "Jesús".

El nombre Jesús no es de origen terrestre, sino ¡vino del cielo! Ese nombre es celestial, es sobrenatural. El ángel mismo lo dijo: "... y llamarás su nombre JESUS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Dios despachó a un mensajero celestial con el nombre que iba a usar, para salvar a la humanidad. El nombre Jesús, está directamente ligado con la misión de su portador; salvar a su pueblo de los pecados.

El nombre Jesús, no solamente quiere decir, "salvador" o redentor". En el griego, Jesús, es IESOUS, por el hebreo: JESHUA; JEHOSHUA; JOSUE; y quiere decir: "JEHOVA ES SALVACIÓN".

El nombre Jesús, es una revelación del mismo nombre de Jehová. Es el último en la progresión de los nombres compuestos de Jehová. ¡Jesús - Jehová - salva!

Dijo el profeta Isaías: "...y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Is. 9:6). Isaías nunca dijo el nombre, pero si dijo que el nombre del Mesías, iba a encerrar todos estos títulos de Dios. Esto nos enseña que el nombre de Jesús es de origen divino ¡Es una revelación del mismo nombre de Jehová! ¡Jesús es nuestro Jehová-salvador! Él es el Jehová del Antiguo Testamento manifestado en carne, para salvar a su pueblo:

Jesús es Emanuel, Dios con nosotros:

"Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". (Isaías 7:14).

"He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel" (Mateo 1:23).

Es, Jehová, "nuestro Dios":

“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.” (Isaías 40:3).

"Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, Y se bajará todo monte y collado; Los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados; Y verá toda carne la salvación de Dios". (Lucas  3:4-6).

“Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.
Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.” (Isaías 35:1-6).

 Este texto de Isaías es  una profecía patente sobre la persona y obra del Mesías.
Dice en parte: "Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis: he aquí vuestro DIOS viene con retribución, con pago: DIOS MISMO VENDRA, Y OS SALVARA".
Prueba concluyente de que el que nos vino a salvar, Jesús, es Dios mismo. Los versos 5 y 6 dicen que cuando haya venido Dios, entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, los oídos de los sordos se abrirán, el cojo saltará, y cantará la lengua del mudo:

“Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.”  (Mateo 11:2-6).

“Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.” (Marcos 1:34).

“Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.” (Mr. 7:32-35).

“Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.”  (Juan  5:5-8).

 “Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.” (Mateo 12:22).

¡Jesús es Dios mismo!, cuando citamos el A.T. pronunciamos en nombre de Jehová, y cuando citamos el N.T. pronunciamos en nombre de Jesús, entonces se ha preguntado porque el nombre de Jehová no aparece en el N.T. y porque en nombre de Jesús no aparece en el A.T. Bueno eso es lo que aparentemente se entiende y muchos se preguntan. Jesús es Jehová mismo! veamos:

"Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, SOY TU SALVADOR,..." (Isaías 43:3).

"Yo, yo Jehová y fuera de mi NO HAY QUIEN SALVE" (Isaías 43:3).

"He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien HA SIDO SALVACION PARA MI" (Isaías 12:2).

 "Más yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues otro dios fuera de mí, NI OTRO SALVADOR SINO A MI" (Oseas 13:4).

¡Jehová es el único salvador, no hay otro! Tomando eso en cuenta y la declaración del ángel a José: "...y llamarás su nombre Jesús (Jehová-salvador) porque Él (Jesús) salvará a su pueblo de sus pecados"; se expresa la realidad que Jehová del Antiguo Testamento se manifestó en carne para salvarnos. Si Jesús no es Jehová, "¿quién es?". ¿Un impostor? ¡Si solamente Jehová salva, Jesús tiene que ser Jehová!

Jesús es, "nuestro gran Dios y salvador"

"Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". (Tito 2:13).

"El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador". (Tito 3:6).

Cuando Simeón vio a Jesús en el templo dijo: "han visto mis ojos tu salvación" (Lc. 2:30).

Jesús es nuestro Jehová-salvador. Se ha cumplido lo dicho por Isaías:

"JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí" (Is.12:2). Se ha cumplido la promesa de Isaías 52:6: "Por tanto, mi pueblo sabrá mi NOMBRE por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo (Jehová) he aquí estaré presente".

Dios no nos dejó en el abismo del pecado; nos amó y vino para salvarnos, para saborear nuestros dolores, angustias y debilidades por la encarnación. Es por eso que el nombre de Jesús es tan lindo. Su nombre es glorioso, por quien es Jesús, y por lo que hizo. ¡Jesús me salvó, murió por mí! Es por eso que su nombre es tan importante.
No necesitamos de otro, pues vosotros estáis completos en Él (Jesús) (Colosenses 2:10 dice: “y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”). ¡En Jesús encontramos todo lo que necesitamos!

Jesús es nuestro Jehová-jireh; nuestro Jehová proveerá. Jesús es quien provee para todas mis necesidades. La Biblia dice:

"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré..." (Juan. 14:13).

 "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré" (Juan. 14:14).

"Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido". (Juan 16:24).

JESUS es el nombre del verdadero Dios "……..y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna" 1ra. De Juan 5:20.
Bueno queridos amigos y hermanos cuando te hagan la pregunta ¿CUÁL ES EL NOMBRE DE DIOS? Solo tienes que responder es JESÚS.

Dios les siga bendiciendo