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El bautismo de niños: Una reflexión bíblica sobre su práctica


En el ámbito cristiano, se ha debatido mucho acerca del bautismo de niños y su validez a la luz de las Escrituras. A menudo, se escuchan argumentos en contra de esta práctica, alegando que no hay registros bíblicos que respalden el bautismo de los más pequeños. Sin embargo, al examinar la realidad, podemos ver que esta práctica se lleva a cabo en algunos contextos. A través de las redes sociales, hemos sido testigos de publicaciones de pastores que bautizan a niños que apenas llegan a los 09 o 10 años, alegando que son lo suficientemente mayores para comprender lo bueno y lo malo.

"Mas Jesús, mirándolos, les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios" (Lucas 18:16).


Tomemos como ejemplo esta imagen que circula en redes sociales, donde se muestra a un ministro bautizando no a uno, sino a cuatro niños que, claramente, no han alcanzado la edad de doce años. Solo podemos inferir que el pastor podría haber sentido la necesidad de aumentar el número de feligreses o de ejercer su licencia de bautismo, como parte de su llamado ministerial. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es la falta de comprensión de la importancia y el significado del bautismo, tanto por parte del ministro como de los padres.
La responsabilidad de bautizar a un niño que aún no comprende plenamente el significado del bautismo y la importancia de apartarse del mal es una cuestión seria. Tanto el ministro como los padres deben entender las implicaciones y los riesgos a los que exponen a estos niños, en caso de que no continúen en los caminos del Señor.

Es importante destacar que en ninguna parte de las Escrituras se registra un bautismo de niños, ni se menciona que algún discípulo haya llevado a cabo esta práctica. Aunque existieron derramamientos del Espíritu Santo donde también había niños presentes, no se encuentra ningún registro de bautismos infantiles relacionados con dichos eventos. Algunos argumentan que el bautismo se justifica porque los niños ya han recibido el Espíritu Santo, pero esta afirmación carece de fundamento bíblico sólido. "Por tanto, os digo que todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada" (Mateo 12:31).
¿Con qué rostro se presentará este supuesto ministro y sus padres ante el Señor cuando tenga que rendir cuentas sobre las almas de estos niños? ¿Le dirá que eran sus propios hijos y por eso lo hizo? Lamentablemente, hemos presenciado casos de niños que fueron bautizados porque su padre era el ministro o porque estaban cercanos a las autoridades eclesiásticas, pero con tristeza y dolor, hemos visto que no perseveraron. Cuando se les preguntó acerca del bautismo, su respuesta fue: "Lo hice porque mi padre me molestaba con ello", "para conseguir algo" o "ganarme la confianza de mis padres".
Por tanto, exhorto a los ministros, pastores y organizaciones a tener cuidado. Muchos están observándolos y, gracias a las redes sociales, todos están expuestos y seguirán estándolo. Realicen las cosas de acuerdo a las Escrituras, para que puedan levantar la frente en alto y no salir avergonzados.
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja rectamente la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15).
Es fundamental que los líderes religiosos comprendan la responsabilidad que conlleva el bautismo y que se apeguen a las enseñanzas bíblicas para proteger la integridad y el verdadero propósito de este sacramento sagrado. Que sean ejemplos de fidelidad y entendimiento, guiando a las personas a través de un bautismo basado en la fe y el entendimiento genuino de la Palabra de Dios.

Dios les bendiga!