¿Dónde Quedó Nuestro Pacto? Edificando un Matrimonio Firme: Un Pacto Cimentado sobre la Roca
La Importancia del Cimiento en el Matrimonio:
Al igual que una casa necesita un cimiento fuerte para resistir los embates del clima, un matrimonio requiere un fundamento sólido. Separados de la voluntad de Dios y de Sus mandamientos, nuestros hogares se vuelven vulnerables y propensos a derrumbarse. Pero cuando construimos nuestro matrimonio sobre la roca inquebrantable que es la Palabra de Dios, encontramos la seguridad y la estabilidad necesarias para superar los desafíos y dificultades.
"Por tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca" (Mateo 7:24).
La Restauración a través de Jesús:
Si has notado que tu matrimonio está en peligro, este es el momento de buscar a Jesús. Reconoce la necesidad de arrepentimiento por haber intentado edificar tu hogar sin tener en cuenta las palabras de Dios. Es en Jesucristo que encontramos la fuerza para cambiar y ser transformados por el poder del Espíritu Santo. Comienza por ti mismo, permitiendo que la luz de Cristo brille en tu vida y en tu hogar. Confía en que Él se encargará del resto, transformando también a tu cónyuge y a todo lo que necesite ser impactado por el testimonio que darás en Cristo.
"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
Una Oración por el Matrimonio:
Oremos para que Cristo sea la Roca que sostiene nuestro hogar, y que el pacto matrimonial esté cimentado sobre Él. Que en Su fortaleza y amor, encontremos los beneficios y las bendiciones que superan las riquezas de este mundo. Que juntos, como pareja, podamos disfrutar de una vida edificada sobre la base sólida de la fe en Cristo.
En conclusión, recordemos que solo al edificar nuestro matrimonio sobre la Roca que es Jesucristo y seguir Sus enseñanzas, encontraremos la firmeza y la estabilidad necesarias para superar las adversidades. Enfrentemos juntos los desafíos, confiando en que Dios es capaz de restaurar y transformar nuestros matrimonios, y que Su amor y poder serán evidentes en nuestro hogar.
