Noticias de última hora

Miembros de la familia apostólica y LGBTQ+: un equilibrio bíblico



Obtenga orientación clara para defender sus creencias bíblicas mientras ama y construye relaciones con miembros de la familia LGBTQ+. Sin ostracismo, sin exclusión, sin prejuicios.


Vivir la vida apostólica en el siglo XXI


En la sociedad actual, muchos creyentes apostólicos enfrentan un dilema cuando un miembro homosexual de una familia anuncia sus planes de casarse con su pareja del mismo sexo. A menudo se invita a toda la familia a asistir a la ceremonia, lo que coloca al creyente apostólico en una posición difícil. Por un lado, aman y quieren apoyar a su familiar, pero por otro lado, saben que la Biblia enseña que la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo son contrarios a la voluntad de Dios.


Entendiendo el plan de Dios para el matrimonio


Para afrontar esta situación, es esencial establecer una comprensión clara del plan de Dios para el matrimonio. La Biblia enseña que el plan de Dios para el matrimonio es entre un hombre y una mujer que hacen un compromiso de por vida. Las relaciones sexuales dentro del matrimonio son sanas y dadas por Dios, pero fuera del matrimonio son pecaminosas. Esto significa que la conducta homosexual y el matrimonio entre personas del mismo sexo son contrarios a la palabra de Dios.


Abordar la orientación homosexual


El mundo a menudo ve la homosexualidad como una identidad innata y afirma que las personas nacen con una orientación homosexual. Sin embargo, como creyentes apostólicos, no creemos en etiquetar a las personas según sus tentaciones o luchas. Reconocemos que todos, independientemente de su orientación, pueden cumplir el plan de Dios resistiendo la tentación y viviendo una vida piadosa según la palabra de Dios.


Dando la bienvenida a todos a la Iglesia


Nuestras iglesias deben ser un lugar de bienvenida y aceptación para todas las personas, independientemente de sus luchas o tentaciones. No discriminamos ni odiamos a nadie, y reconocemos que todos son pecadores necesitados de la gracia de Dios. Damos la bienvenida a todos a venir a la iglesia, a participar en la iglesia y a ser parte del cuerpo de Cristo.


Hacer una distinción entre aceptación y aprobación


Cuando se trata de un amigo cercano o un familiar que anuncia su participación en una relación o matrimonio homosexual, es crucial hacer una distinción entre aceptación y aprobación. Podemos aceptarlos y amarlos como personas sin aprobar su estilo de vida o sus elecciones.


Mostrando amor y respeto


Debemos esforzarnos por mantener una relación con nuestros seres queridos, incluso si no estamos de acuerdo con sus elecciones. Todavía podemos invitarlos a cenas familiares y participar en eventos familiares, mostrándoles amor y respeto como individuos. Sin embargo, cuando se trata de actividades que indicarían nuestro respaldo a su estilo de vida pecaminoso, debemos trazar un límite.


Dibujar límites


Si nos invitan a participar en una ceremonia de matrimonio entre personas del mismo sexo, debemos rechazarla respetuosamente, explicando que nuestra presencia indicaría aprobación de algo que es contrario a la palabra de Dios. Esto no significa que estemos rechazando a nuestro ser querido; significa que elegimos mantenernos firmes en nuestras convicciones.


Mantener la puerta abierta


Incluso si nuestro ser querido nos rechaza debido a nuestra postura, debemos continuar orando por él, mostrarle amor y mantener la puerta abierta a la influencia. Podemos enviarles tarjetas, cartas o invitaciones a eventos neutrales, demostrando nuestro continuo cuidado y preocupación por ellos.


Ofreciendo gracia sin concesiones


Como creyentes apostólicos, estamos llamados a ofrecer gracia y amor a todos los individuos, sin comprometer nuestras convicciones. No estamos aquí para condenar al mundo sino para compartir el amor y la redención de Dios. Si nos mantenemos firmes en nuestra fe, podemos mantener un testimonio firme y seguir difundiendo el mensaje del amor de Dios.